Estimado compañero Ciro,
Ciro, mi vida, pareces ser un hombre de excepción. Un hombre capaz de leerles la mente a las mujeres y de entender cuáles son sus deseos y necesidades. Aunque ninguna te lo haya dicho, tú sí sabes que los hombres son los que nos salvan a nosotras las mujeres de la tristeza, ya que el piropo nos da “entusiasmo, motivación” y nos “levanta el ánimo”. Tú sí sabes que también nos salva del tiempo que pasa, de los años, o del aburrimiento de una “larga vida como mujer casada”. Qué suerte tenemos nosotras, que ustedes nos regalen estos piropos. Disculpa porque seamos, a veces, hasta mal agradecidas. Pero no me preocupo porque sé que tú sabes, que “aunque en ocasiones diga lo contrario, una mujer siempre lo agradece”.
Ciro, mi cielo, muchas gracias. Muchas gracias por esforzarte tanto en defender una visión de la vida, una forma de ser que ya está decayendo. Sé que para ti es difícil, y se notan tus esfuerzos para seguir justificándolos. Movilizas argumentos históricos, argumentos de crítica literaria, argumentos de salud pública y hasta de cohesión social. Definitivamente, si más personas defendieran el piropo como lo defiendes tú, osaría declararlo fundamento necesario de nuestra sociedad. Pero por desgracia, los tiempos están cambiando.
Ciro, están cambiando los tiempos. El tiempo en el que los hombres escribían acerca de lo que sienten, piensan y quieren las mujeres sin ni siquiera preguntárselo a ellas mismas, se ha acabado. El tiempo en el que un hombre hablaba de una experiencia que él nunca ha vivido (que lo piropeen cada vez que sale a la calle), también se ha acabado.
—¿Cómo? Me preguntarías. —Yo sí sé de lo que estoy hablando, hasta di el ejemplo de “un amigo de este escribidor, inteligentísimo y calvo”. ¿No habías entendido que estaba hablando de mi propia experiencia?
Ciro mi vida, se te agradece el esfuerzo. Pero definitivamente, también ha llegado el tiempo de analizar y dejarse de mala fe. Se ha acabado el tiempo en el que la sociedad reduce a la mujer a un cuerpo a disposición de los hombres, como reduces a la poetisa Carilda Oliver Labra en tu artículo. Ya se ha acabado el tiempo en el que escribes, publicas y declaras: “He dicho”.
En los tiempos de ahora las mujeres te leen y te contestan. Las mujeres analizan y te demuestran que estás equivocado. Las mujeres dan testimonios reales de lo que significa el piropo: una situación de violencia cotidiana y constante. Una opresión, una falta de tranquilidad, falta de seguridad al salir a la calle. Un desgaste mental constante: ¿le contesto o no le contesto? ¿Me buscaré problemas si le contesto a la porquería esa? Bueno, mejor me callo, siempre me han dicho que el mayor poder era la ignorancia. Voy a seguir caminando lo más rápido posible, sin mirarlo.
Este tipo de situación ¿nos da autoestima? No. ¿Nos da motivación? Tampoco. ¿Nos levanta el ánimo? No, al contrario, nos cansa y nos desespera. Muchas veces cuando decimos que no, ustedes piensan que en realidad es sí. Pues no. No es simple y llanamente: no. ¿Que si matamos al piropo entonces no habrá manera de seducir a una mujer? Tranquilo Ciro. Tú si sabes cómo seducir a una mujer. De hecho, ningún hombre que de verdad está interesado de forma sana y respetuosa en una mujer usa el piropo para acercarse a ella. Y todos bien conocen la diferencia entre la seducción consentida y mutua y el acoso callejero que se esconde detrás del piropo.
Cuidaito, que se altera el trasatlántico.
http://www.cubadebate.cu/especiales/2021/11/27/piropos/
Taina Barthel González, Lic. en Filosofía,
Coordinadora del Proyecto Diversas,
AHS Santiago de Cuba
Bravoooooo 💜💜💜💜
ResponderBorrarNo somos un transatlantico somos EL transatlantico. A derrumbar muros. Excelenteee
ResponderBorrar#ceroacoso
#somoseltrasatlantico
BorrarRazón, basta de intentar categorizar.
ResponderBorrarNadienecesita la "ayuda" del patriarcado.
Espero que pronto cambie esa dinámica infructuosa de colocar retrógrados, conservadores y hasta imbéciles en sitios oficiales.
Muy bien.Perfectoo
ResponderBorrarExcelente!!
ResponderBorrar¿¿Veremos algún día nuestras calles libres de acoso?? Yo a veces me pongo audífonos para no tener que escuchar las cosas que me dicen.
#CalladitasNuncaMas
Genial texto, me encantó la ironía inteligente con que está escrito en respuesta al artículo de Bianchi. Así debemos reaccionar siempre a este tipo de cosas que ya no dejaremos pasar por alto!!!
ResponderBorrarBravaaaaaaa !!!!!! 👏👏👏👏👏
ResponderBorrarNo había forma mejor de responder a su artículo. Mi abrazo sororo y mi admiración.
ResponderBorrarMe encanta el artículo😍😍😍😍!!! Y me enorgullece que cada vez más de nosotras escribamos y desmintamos la bazofia patriarcal que permea varios siglos nuestras culturas y sociedades... Gracias enormes a la autora por su respuesta. Un apapacho sororo y feminista💜👏!!!
ResponderBorrarMe encanta Taina,lo comparto!! ;)
ResponderBorrarYo soy la madre de la escritora de este artículo y estoy muy orgullosa de mi hija. Y también de todas las mujeres que de una forma ou otra rechazan, acusan el acoso callejero y en las familias también.
ResponderBorrarMujeres es nuestra tarea de transformar nuestro cotidiano y aun más el deber y la obligación de educar a nuestro hijos (varones, hombres) en la educación y el respeto a la mujer(niñas) desde su más temprana edad. . Gracias
Felicitaciones Taina por la corrección y la lucidez de tus escritos La armonía necesita inteligencia y verdad a veces ... JM
ResponderBorrarMuy buen trabajo, excelente. El piropo ha dejado de ser una forma de elogiar la belleza para convertirse en una manera nauseabunda de llamar la atención de las mujeres. Cada mujer que va por la calle es una hija, hermana, amiga e incluso una madre. Así que reflexionemos, si no nos gusta que le digan cosas desagradables a las nuestras, porque decírselo a las de los demás. Seamos respetuosos. Las mujeres no son objetos, son personas con pensamientos firmes y ahora con armas para defenderse. #CalladitaNuncaMas
ResponderBorrarBravo!
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